14.5.13

LESS IS MORE



 




Fue de pronto cuando vislumbré una mota en el cristal,
la opacidad que producía en la transparencia,
para ser más clara,
fue cuando vi que ya no tenía nada.
Nada de mi antigua vida,
ni perro, ni casa, ni jardín.
Me quedé en un piso de alquiler,
sin sol, sin brillo, ¿sin placer?
Hay paz, paz. Me quedé con el cuerpo tranquilo, bueno, más o menos tranquilo.
Con menos, mucho menos, hay más. En perspectiva parece todo turbio y difícil, pero he de confesar que en el día a día no te entristecen esas cosas. Que lo que deprime es la tensión cotidiana, el enfado, el intento de obviar asuntos feos. Hay veces que los trapos sucios no se sacan, ni se lavan, viven secándose en el patio, al precioso sol. Es placentero salir y tumbarte en tu modesto jardín, pero los trapos estorban la panorámica. Es mejor un largo y oscuro pasillo, está limpio y las paredes no han visto  daño, por tanto, no intentan chillarte. No me queda nada de eso, experiencia. Y ahora, que realmente vivo desubicada, que cuando analizo pierdo el norte, porque me cuesta saber quién soy, me cuesta saber si soy la de antes o la de después. Ahora que mi identidad no está muy clara, ni lo que represento, no sé si soy ruinas o un arbusto que ha vuelto a florecer. Ahora que cuando me miro al espejo hallo alguna novedad en mi que no logro identificar, es como si me hubiesen cambiado de pellejo y estuviese viviendo en otra, siento un pellizco de sorpresa a menudo. Pues es ahora, ahora, cuando me va bien. Esta intriga por no saber quién soy es un juego fresco, pillo, tramposo, amañado, risueño.

No me avergüenza tener menos, hay una sencilla razón: soy más.


(siempre acompañada de amor)






via my little pleaschhures; ? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario