14.8.12

Formasdeser




Siempre adoraré la lluvia, 
las luces bajas,
las ventanas abiertas,
observar el mar a horas prontas o tardías,
pensar por las noches,
contemplar a los bebés,
el olor a humedad en los garajes,
imaginar situaciones entrañables,
las superaciones ajenas,
los atardeceres desde la ventana de mi antiguo baño,
los caminos rurales,
lugares cálidos y peculiares,
encontrarme con una risa imparable,
el cansancio de trasnochar,
reconstruir mentalmente habitaciones,
las calles adoquinadas y húmedas,
las casas con enredaderas,
el siglo XX,
las canciones de Sabina,
el cielo nublado,
las palabras que me llegan al alma,
paredes blancas. 




9.8.12

MAR




    me.








Es tranquilizante mirar al mar y apoderarse de su sosiego,
coser los problemas a sus vaivenes y dejarte ir con el azul, 
el azul cambiante según el momento. Mi último azul mediterráneo, 
cuando el sol va desapareciendo, sólo queda ese silencio de olas dormidas, 
cansadas. 
La sensación de soledad, pellizca.